Black Friday y la fiebre del consumo

Eugenia de Andrés, periodista 

Acabamos de pasar el Black Friday y estamos ya metidos en el Cyber Monday. Las modas comerciales importadas de otros países para incentivar las ventas y motivar a los consumidores a que compremos todo tipo de productos en esas fechas nos invaden. Tengo el buzón de mensajes de mi móvil y mi ordenador lleno de anuncios que me invitan a comprar todo tipo de artículos con descuentos. No digo que no existan buenas ofertas –ahí está la de una compañía aérea que vendía billetes aéreos a los Emiratos Árabes por 200 euros–, pero debemos tener cuidado. Cuidado porque estas iniciativas promueven la fiebre del consumo y con la excusa de que hay buenas ofertas la gente se lanza a comprar cosas que no necesita y lo hace porque son baratas y porque hay una tenaz campaña de marketing.

Hace tiempo que observo que estamos sometidos a estrategias comerciales de las que no somos conscientes. Ahora resulta que además del día del padre, de la madre y de los enamorados, también hay el día del soltero (importado de China), del niño, de los abuelos y no se sabe cuántos familiares más. Inventos para vender regalos.

Algunas ideas comerciales son graciosas, como el día de la bota, fecha en la que una zapatería promueve la oferta de dos pares por uno; o el día de la sonrisa, campaña lanzada por una clínica dental para atraer clientes.

En el calendario apenas quedan fechas libres, casi todas están ya ocupadas. Queda el recurso de apuntarse al día sin compras, que también existe, y vacunarnos contra la fiebre del consumo.